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Domingo de Ramos

HOSANNA, HOSANNA | Mc 11, 1-30

    La popularidad es algo engañoso. No necesariamente aquello de lo que la gente mas habla o conoce es lo mejor, al contrario, a veces la gente se da a conocer más por sus escándalos que por otras cosas. 


  Jesús sabe esto y sabe también que, en cuanto más hable la gente de él, estará mas cerca el momento de la confrontación final con las autoridades. Por eso, reiteradamente le pedía a la gente que no comentaran sobre los signos que veían realizarse por él (Mc 1,44; 5,43; 8,29-30; Mt16,20). Jesús sabe también que sus signos no son tomados de la manera adecuada por muchos (Jn 6,26) y evita que se le identifique con un milagrero que anda haciendo signos sin más. No obstante, aunque su misión no es bien comprendida por muchos, cuando entra entre ramos aclamado por el pueblo en Jerusalén, se alegra de que, en medio de los sufrimientos, esa gente haya encontrado esperanza en Él. Por eso, montando un burrito da cumplimiento a las escrituras: Jesús es un Rey pobre y humilde, que no trae la guerra sino la paz (Zac 9,9). 


   Pero, aunque Jesús nunca favoreció la imagen de un líder violento, nacionalista, victorioso y  rico, al estilo de David, los signos de Jesús fueron  interpretados por muchos como señales de un reinado de bienestar. Muchos rebeldes como los zelotes pensaban que Jesús se levantaría contra Roma y devolvería la libertad a Israel. La verdad es que se habían creado unas expectativas infundadas sobre la persona y misión de Jesús. Por eso, al poco tiempo, el mismo pueblo que lo aclamaba el domingo, pocos días después pedía la muerte para él.


   Hoy muchos también se ilusionan creyendo en una imagen falsa de Jesús. Para muchos creyentes Jesús es el líder que con sus enseñanzas los faculta para juzgar y condenar a otros, aunque Jesús haya dicho claramente: “No juzguen y no serán juzgados" (Lc 6,37). Hay quienes ven en Jesús un líder político, un precursor ideológico, sin embargo, Jesús deja claro que su reino no es como los reinos de este mundo (Jn 18,36). Jesús no se plantea liderar un ejército contra la opresión extranjera, pero hay quienes lo levantan como el promotor de los nacionalismos y la liberación geo-política. Hay otros que ven en Jesús a un sabio, a un maestro espiritual, pero lo llevan al extremo de convertirlo en una especie de iluminado a quien la causa de los pobres le resulta ajena y entienden su misión como una liberación únicamente espiritual, intimista, lo cual también es una imagen inadecuada. Por eso, cabe preguntarse... ¿qué significa para ti decir "Hosanna" a Jesús? Esa aclamación que no podemos traducir al castellano en una sola palabra y que significa algo así  como: "Sálvanos, por favor". ¿De qué le pides al Señor que te salve? Fíjate en el pueblo que decía a Jesús  "Hosanna" y pronto le da la espalda al ver un Cristo pobre y humillado presentado por Pilatos en el pretorio. ¿Serías tú también uno de esos tantos? ¿De qué crees que el Señor vino a salvarte?


    Es bien conocido el refrán: "Hacer leña del árbol caído". Eso ocurre a Jesús: Mientras la gente ve en él a alguien que les puede ayudar en medio de su realidad, le aclaman, pero al verlo burlado y humillado, son pocos los que le  defienden sin importar que lo que se haga con él sea una brutal injusticia.


    A modo de examen de conciencia, piensa ahora en las veces en las que has volteado la mirada ante las víctimas como Jesús, aquellas que sabes sufren injustamente por el abuso de otros, pero que tú callas en complicidad porque piensas que poco puedes hacer por ellas al considerar su causa una causa perdida.


    Te invito también a contemplar a las autoridades religiosas y civiles, quienes ejecutan la muerte de Jesús, quienes son responsables directos de su crucifixión porque Cristo les resulta una amenaza a sus intereses. Esos que son capaces de mentir, comprar falsos testigos y acusar a un hombre inocente. ¡Cuánta responsabilidad tienen los lideres religiosos y políticos de llevar por buen o mal camino al pueblo que les corresponde servir! Queriéndolo o no, son capaces de manipular a mucha gente a crucificar a los cristos de nuestro tiempo con tal de salvar los intereses propios o de otros. Pregúntate si tienes ascendencia sobre alguien, si ejerces una función o cargo de liderazgo ante otros  y has sembrado la división y la crítica en vez de promover la reconciliación y el perdón, si has menoscabado la reputación de otros para favorecer tus propios intereses.


    Por último te invito a contemplar a los discípulos, que no saben lo que le espera al maestro y, llegada la hora, consumidos por el miedo, lo abandonan. Piensa en las veces en las que has abandonado a los débiles por el temor a la crítica, al rechazo o a ganarte problemas por su causa. Recuerda que a la víctima es a la que el Padre exaltó y le concedió el Nombre sobre todo Nombre (Flp 2,9-11)


   En un mundo tan interconectado como el que vivimos hoy, la buena o mala imagen de una persona se puede levantar o desintegrar en cosa de horas, debido a la publicidad o a la difamación de algunos pocos. Los que hoy levantan ramos en favor tuyo, como ocurrió con  Jesús, mañana podrán crucificarte. De modo que, la aprobación y aceptación de la gente no sean para ti el impedimento para hacer la voluntad de Dios, para denunciar lo injusto, para anunciar la verdad. Que el rechazo de la gente no te desanime si es a causa de ser consecuente con el Evangelio. Que la trampa que puedan tenderte las autoridades no te quite la esperanza en que nuestro Padre Dios te ama y bendice en tu entrega silenciosa por el reino.




HOSANNA, HOSANNA

Música y letra: Javier Brú


Enviando a dos discípulos les dijo: “Busquen y hallarán aún sin montar

un burrito que atado está lo traerán y si preguntan les dirán:

´´Lo necesita el maestro´´ ” Así fue y lo llevaron al Señor

y a la ciudad Jesús entraba sobre el burrito mientras todos aclamaban:


HOSANNA, HOSANNA AL HIJO DE DAVID

BENDITO EL QUE VIENE EN NOMBRE DEL SEÑOR

HOSANNA, HOSANNA AL HIJO DE DAVID

HOSANNA AL REY DE ISRAEL.


Y el pueblo de Jerusalén fue a recibir cantando vítores Rey

Y viendo al pueblo irse con Él los fariseos le decían: “Cállales”

“Les aseguro”, les dijo, “Si ellos callan las piedras cantarán”

y entre las palmas él pasaba sobre el burrito mientras todos aclamaban:




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